Primer capítulo de «Cannabis: ¿Por qué tanta polémica?» de David Nutt

Primer capítulo de «Cannabis: ¿Por qué tanta polémica?» de David Nutt

Cannabis: ¿Por qué tanta polémica? ¿Que ocurre cuando lo consumes? ¿Me vendría bien consumir cannabis medicinal?¿Puedo acabar desarrollando dependencia? ¿Cuáles son los verdaderos efectos del cannabis?. Los políticos y los medios de comunicación nos han estado repitiendo durante cien años lo peligroso que es el cannabis. Sin embargo, sigue siendo la droga ilegal más consumida en el mundo.

La calidad de vida de cientos de miles de personas podría mejorarse si se ampliara el acceso a un cannabis más seguro. En este libro, cuyo primer capítulo avanzamos gracias a los amigos de ‘Yonki books’, el neuropsicofarmacólogo David Nutt (Inglaterra, 1951) ofrece información actualizada basada en más de 300 estudios científicos.

Primer capítulo de "Cannabis: ¿Por qué tanta polémica?" de David Nutt

David Nutt, autor de ‘Cannabis: ¿Por qué tanta polémica?’

Licenciado en Medicina y en Cirugía (Cambridge), doctorado en Medicina (Oxford), miembro del Real Colegio de Médicos británico, miembro del Real Colegio de Psiquiatras británico, miembro de la Academia de Ciencias Médicas británica, doctor honoris causa en Derecho (Bath).

David Nutt es psiquiatra y, por la fundación Edmond J. Safra, catedrático de Neuropsicofarmacología en la División de Ciencias Cerebrales del Departamento de Medicina del Hospital Hammersmith, en el Imperial College de Londres. Su campo de investigación es la psicofarmacología, es decir, el estudio de los efectos de los fármacos en el cerebro, adoptando una doble perspectiva: cómo funcionan los tratamientos farmacológicos en psiquiatría y neurología, y por qué la gente consume y se vuelve adicta a algunas drogas, como el alcohol. Su trabajo se ha plasmado en más de quinientos artículos de investigación originales y lo ubica en el top 0,1 % de investigadores a nivel mundial.

Ha asumido muchos cargos de liderazgo en los ámbitos de la ciencia y la medicina, incluidas las presidencias del Consejo Europeo del Cerebro, la Asociación Británica de Psicofarmacología, la Asociación Británica de Neurociencias y el Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología. En la actualidad, es presidente fundador de DrugScience.org.uk, una organización benéfica que investiga y difunde toda la verdad sobre las drogas, tanto legales como ilegales, sin interferencias políticas ni de ningún otro tipo. También es catedrático invitado en la Universidad Abierta del Reino Unido y la Universidad de Maastricht.

Nutt intenta hacer llegar su voz al gran público mediante sus participaciones en programas de radio y televisión, aparte de con su propio pódcast. En 2010, la revista científica The Times Eureka lo incluyó entre las cien personalidades más importantes de la ciencia británica (de hecho, fue el único psiquiatra de la lista). En 2013, recibió el Premio John Maddox de Naturaleza/Sentido Científico en reconocimiento a su lucha por la ciencia; y en 2017 obtuvo su doctorado honoris causa por la Universidad de Bath.

ÍNDICE «Cannabis: ¿Por qué tanta polémica?»

Introducción: Creencias falsas y verdaderas en torno al cannabis

SECCIÓN UNO: HISTORIA DEL CANNABIS
1. ¿Por qué es tan polémico el cannabis?
2. ¿Por qué se prohibió el cannabis?
3. El cannabis y la maquinaria política
4. El cannabis y los daños: pruebas concluyentes versus política

SECCIÓN DOS: CÓMO FUNCIONA EL CANNABIS
5. Los componentes del cannabis
6. Bienvenidos al sistema endocannabinoide
7. ¿Qué ocurre cuando consumes cannabis?

SECCIÓN TRES: USOS MEDICINALES DEL CANNABIS
8. Cómo se legalizó el cannabis medicinal
9. ¿Puedo conseguir cannabis medicinal?
10. Pros y contras de los medicamentos cannábicos
11. ¿Me vendría bien tomar cannabis?

SECCIÓN CUATRO: CÓMO MINIMIZAR LOS EFECTOS PERJUDICIALES
12. ¿Puedo acabar desarrollando dependencia?
13. ¿Cuáles son los verdaderos efectos perjudiciales del cannabis?
14. La prohibición y el auge del spice
15. Pruebas, conducción y accidentes
16. ¿Cuáles son las mejores políticas en torno al cannabis?

Primer capítulo de ‘Cannabis: ¿Por qué tanta polémica?’ de David Nutt

En serio, el cannabis no deja de ser una planta más. Forma parte de la familia del lúpulo común que se usa en la elaboración de la cerveza y evolucionó hace unos veintiocho millones de años en la meseta tibetana oriental. Los seres humanos hemos cultivado cannabis desde hace seis mil años: primero como alimento y como fibra, después como medicamento y como droga.

Si observamos en perspectiva todos esos milenios de feliz convivencia entre seres humanos y cannabis, los aproximadamente cien años de prohibición no han sido más que una irregularidad en el tiempo.

Entonces, ¿por qué lo hemos estado prohibiendo durante tanto tiempo en todo el mundo? A lo largo de casi todo el siglo XX, se nos ha dicho que el cannabis era peligroso, responsable de la delincuencia y una droga de iniciación a drogas «duras» como la heroína. Uno de los principales activistas contra el cannabis en la década de 1930, Harry Anslinger, director de lo que por aquel entonces era la Oficina Federal de Narcóticos de los Estados Unidos, afirmó: «La marihuana es una droga adictiva que arrastra a quienes la consumen a la locura, la criminalidad y la muerte». Usó la raza y el miedo como armas en su cruzada contra el cannabis.

Ochenta años después, el primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, calificó esta planta como «letal»[i].

Por supuesto, el motivo hay que buscarlo en el THC (tetrahidrocannabinol), la sustancia química del cannabis que te provoca un colocón. Lo paradójico es que el THC también explica muchos de los efectos médicos de esta planta. Se sabe que el THC reduce las náuseas y los vómitos de la quimioterapia, estimula el apetito, reduce el dolor y la espasticidad, y ayuda contra la ansiedad y el insomnio.

El cannabis también contiene cientos de otros productos químicos vegetales llamados cannabinoides (el más popular es el llamado CBD o cannabidiol). En altas dosis, el CBD puede suponer un potente tratamiento contra la epilepsia. En dosis más moderadas, puede reducir la ansiedad y mejorar el sueño.

Conforme más datos vamos recabando sobre el cannabis, más claro queda que la combinación de estos cannabinoides con otras sustancias químicas activas es lo que en conjunto explica los potentes y vastos efectos médicos de esta planta.

Cuando el cannabis se cultivó por primera vez, en el año 4000 a.C. en China, se utilizaba como alimento, por sus semillas y aceite, pero también como fibra vegetal para fabricar papel, cuerda y tela. Esta versión ancestral del cannabis presentaba bajos niveles de THC, lo que la asemejaba más a la planta de cáñamo moderna que a la que hoy fuma la gente.

Desconocemos cómo y cuándo se descubrieron por vez primera sus propiedades medicinales y embriagadoras. Tampoco se sabe con certeza si las personas cultivaban cannabis para incrementar sus niveles de THC o si determinadas condiciones de cultivo llevaron a una versión más psicoactiva. Aunque es probable que se deba a una combinación de ambas posibilidades.

En un cementerio que data de hace unos 2.500 años se han descubierto pruebas del primer uso de cannabis con fines psicoactivos. Los arqueólogos que examinaron el yacimiento creen que la planta se quemó en braseros de madera en un espacio cerrado como parte del rito funerario.

Hay pruebas escritas que demuestran que el cannabis es nuestra medicina más antigua. Proviene de China y se encuentra en la primera farmacopea del mundo, el Pen-ts’ao Ching, que se cree tiene unos 5.000 años de antigüedad. En ella se describe que el uso del cannabis para más de cien afecciones, incluida la gota y el dolor reumático. De hecho, el signo que se usa en la escritura china para representar la anestesia es el mismo que se usa para representar la intoxicación por consumo de cannabis.

La difusión del cultivo de cannabis siguió diversas rutas comerciales hasta cubrir la mayor parte del mundo y en el proceso se integró en las prácticas religiosas y médicas.

En la India se utilizaba en medicina como analgésico, anticonvulsivo, anestésico, antibiótico y antiinflamatorio. Y en una de las antiguas escrituras védicas aparecía mencionada como una de las cinco plantas sagradas.

Algunas pruebas también revelan que el cannabis se usaba en la medicina persa y árabe, así como en África y Sudamérica. Sus usos eran muy variados, lo que refleja la seguridad y versatilidad que brindaba como medicamento herbáceo. Podríamos considerarlo como una buena noticia para las múltiples enfermedades con las que se está probando e investigando el uso del cannabis en la actualidad. Los usos abarcaban desde curar heridas o aliviar dolores (de muelas, de cabeza, de oído y de parto, entre otros) hasta brindar ayuda en casos de epilepsia, ansiedad, infecciones, malaria, fiebre y disentería.

También sabemos que, durante la Edad Media, se cultivaba cannabis en el Reino Unido[ii]. Pero lo más probable es que se debiera al clima, no tanto a sus efectos psicoactivos. Se trataba de cáñamo, cultivado por sus fibras resistentes, la mejor fuente de materia prima para fabricar cabos y telas para velas de embarcación. En 1535, mientras estaba construyendo su armada, Enrique VIII aprobó una ley que exigía a todos los agricultores que, de cada sesenta acres (unas dos mil cuatrocientas áreas) que cultivaran, un cuarto lo dedicaran al cultivo de cáñamo.

Hay descripciones de cannabis con propiedades psicoactivas que los viajeros occidentales trajeron de Oriente por aquel tiempo. Nicholas Culpeper, en su Herbal (1653), lo recomendaba para el dolor de oído y la ictericia, y también escribió que sus raíces «alivian las inflamaciones, alivian el dolor de la gota, los tumores o nudos en las articulaciones, el dolor de las caderas».

Visto todo esto, cabría preguntarse cómo una planta tan útil acabó adquiriendo tan mala fama.

Si algo sembró las semillas de la prohibición fue la creciente popularidad del cannabis (como estupefaciente y como medicina) en la Europa de la época victoriana.

Notas al pie:

[i] Durante el primer semestre del 2022, en España, hemos podido asistir a un debate político en el que la oposición se ha posicionado con argumentos como este: «No hay datos científicos de su aportación [de la del cannabis] a la medicina, pero sí a los trastornos psiquiátricos»; «Esquizofrenia, bipolaridad, cuadros psicóticos, pérdida de memoria, aumento de la violencia y aumento de los delitos, así como de los accidentes de tráfico». No obstante, Manuel Guzmán, catedrático en Bioquímica, señalaba desde el Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM) que «el cannabis es una sustancia segura para el paciente, no solo teniendo en cuenta la experiencia observada desde el OECM, sino a partir de trabajos de investigación donde se demuestra que el cannabis es más seguro que otras sustancias psicoactivas usadas tanto en entornos recreativos como médicos». (N. del E.).

[ii] En nuestro país, un poco antes de la Guerra Civil, las tropas estacionadas en el Rif introdujeron el cannabis (el kif), que desplazó al hachís. Del autocultivo en el Rif se pasa a la Península, pero el franquismo reacciona en los años cincuenta y destruye los macrocultivos. España vuelve al hachís marroquí hasta los ochenta. Paradójicamente, la «ley Corcuera» de 1992 impulsa el auge del autocultivo de cannabis. A partir de 1997 se normaliza el autocultivo. Obtenido de: https://www.elconfidencial.com/espana/2020-02-17/marihuana-hachis-espana-cannabis-karulo_2456299/ y https://www.eldiario.es/sociedad/breve-historia-cannabica-espana_1_1482189.html (N. del E.).


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